jueves, 14 de julio de 2011

Cuando la justicia es aún mas ciega

La historia de un estudiante del ITSEV  que por culpa de una injusticia estuvo a punto de ser expulsado. Crónica.


Juan Camilo es relajado, tiene ese acento de la costa y agita los brazos fuertemente para saludar, sonrie, acomoda sus gafas y vuelve a sonreir. Juan Camilo guarda en sus bolsillos grises y entretejidos, tarjeticas con imáges de Don Bosco y María, atentidiendo -como pocos- al mensaje salesiano. Juan Camilo acude a sus citas con uno de los curas para hablar de misones y otros curas, a veces se rien de algo pero siempre hablan de eso. Juan Camilo es conocido por muchos, ya sea por su apariencia y su donaire, o por lo alegre de su mirada. Juan Camilo acude a clases como lo hecho durante todo el año, con sus lluvias, soles, nieblas y albas. Juan Camilo lleva en su bolso los libros y carpetas propios del dia, llega, saluda a cuanto se topa frente a sus gafas, sube al salón con una lentitud, aveces exasperante, saluda a la profesora haciendole una mueca de trance, observa el salón, el mismo, con los pupitres marrones y los mensajes en inglés, se sienta y observa el tablero manchado al lado del escritorio.

Cuando Juan Camilo, agacha la cabeza, su salón empieza a rebelarse con gritos energúmenos, se asusta, unos se paran, otros se sientan, otros rechazan, otros se sorprenden.
- Aguacates, aguacates- Dicen al unísono, algunos estudiantes.

Juan Camilo no dice nada, mas bien suelta una risa suave como para recordar la palabra. Lo que Juan Camilo no sabe es que aguacate es el apodo de los policias que se encontraban merodeando los pasillos del colegio, uno sostenia un perro de esos que huelen la coca en los aeropuertos. Los Policias se percatan de los gritos del salón y entran a hacer una requisa de rutina. Avanzan por las filas, ya han revisado a varios de los estudiantes, Juan Camilo, con la inocencia de un niño, se deja requisar, colabora, diciendo que faltaba por revisar un bolso que tenia en los pies, los "aguacates" encuentran en ese bolso un papel con algo marrón, algo de lo que se habla en los callejones, o se fuma para ser mas especificos. Juan Camilo se asombra, mira a el perro que huele con su nariz húmeda el bolso, mira a la profesora que también lo mira extraño, los otros estuadiantes se asombran pero también se rien.
Juan Camilo causa sorpresas, una profesora llora, la otra, con la que se encontraba en clase, le habla en tono pedagógico y el llora. Juan Camilo está con otros "aguacates", quienes le hablan. Saben que el no es el dueño del hallazgo, Juan Camilo también, y empieza, entre la tristeza del encuentro, de establecer al responsable.

Incluso el mismo coordinador, el de los Buenos Días y las reuniones, sabe que el no es el dueño, el mono lo sabe, el bajito, el alto, el fornido, el flaco, el colegio lo sabe. Juan Camilo es suspendido, porque madre es madre y hay que respetarla, porque el Manual es el Manual, Juan Camilo, el cura, y el coordinador, esperan que aparezcan los reales responsables, porque si no, será expùlsado.

¡¡¡¡¿¿¿¿Expulsado Juan Camilo?????!!!! Si, es por eso que hay que luchar para que Juan Camilo no sea expulsado, puede que el Manual sea el Manual y todo eso, pero Juan Camilo es Juan Camilo, y el es un tipo supremamente bueno, casi en exceso.

Definitavente, cuando la justicia no llega tarde, cogea, porque además de ceguera tiene cáncer, y esa es mas dañina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario